viernes, 28 de diciembre de 2007

Jornadas de rol en Quart (3º y última parte)

Y por fin, comenzaba la maratón de rol...

Los cuatro narradores reunieron 16 jugadores en una mesa y se nos dividió en grupos de 4, el nuestro estaba compuesto por: Chrono, Trofnom, Moises y yo, a Moises le conocimos en el mismo instante que se formó nuestro grupo. Cada uno de los jugadores tenía un personaje "arquetipo" con el que jugar (a elegir entre el héroe ágil, astuto, fuerte o carismático), yo comencé eligiendo a toda velocidad el héroe carismático pensando que así podría lucirme (que gilipollas que podemos llegar a ser a veces, ¿verdad?). Trofnom cogió el héroe fuerte, Chrono el astuto y Moises el ágil.

Tras repartir unas hojas de personajes básicas (nos dieron a cada uno una ficha "incompleta", pero que describía los apartados más básicos de nuestros personajes), pudimos observar a nuestros personajes. Nos explicaron además que disponíamos de 12 puntos de aventura, los cuales podríamos usar para emergencias (aumentar tiradas de dados, salvarnos de golpes críticos o realizarlos, etc...) y que cada partida duraría 2 horas como máximo, si en ese tiempo no "terminábamos" esa aventura, perdíamos.

Tras revisar nuestras fichas y darles nombre y personalidad (mi personaje carismático se llamaba Steve Scarlet, también conocido en las fiestas de su universidad como Steve Maister :D) los narradores comenzaron con la partida: éramos estudiantes universitarios y nos encontrábamos de excursión en un complejo científico, donde se investigaba una nueva fuente de energía basada en extraer energía de un espacio interdimensional entre realidades paralelas llamado "Vacío" (mola, ¿eh?). Durante la explicación el científico hindú (el jefe del lugar) nos explicó que existen infinitas realidades alternativas, pues cada decisión de cada ser vivo crea una nueva realidad acorde a esa decisión (cuando veáis donde vamos a parar, supongo que también os preguntaréis que mierda de decisión se tomó para acabar donde acabamos...). Como no podía ser de otro modo, se nos quiso hacer una demostración de extracción de energía del "Vacío" (un proceso inofensivo decían, ¡ja!) y se encargó de ello *redoble de tambores*: ¡EL BECARIO DE LOS HUEVOS! (bautizado al unísono por los 16 jugadores de la partida al mismo tiempo), varias teclas pulsadas al azar por parte de aquella desgracia humana después, las maquinas del lugar comenzaron a echar chispas, los científicos y estudiantes comenzaron a gritar y todos los jugadores fuimos envueltos por una luz blanca...¡comenzaba la acción!


Primera sesión: Z - Tu madre se ha comido a mi perro

El narrador nos dio una segunda ficha, digamos que si antes teníamos la parte básica de la ficha, ahora teníamos además la parte que se complementaba para aquella partida en concreto (o sea, la ficha básica siempre la llevábamos encima y la complementaria nos la daban al comenzar cada sesión y luego teníamos que devolverla).

Y antes de comenzar con esta partida, haré un pequeño inciso: aunque las comparaciones sean odiosas, tengo que decir que a mí gusto, esta fue la partida donde más disfruté. ¿El motivo?, el toque cabrón y firme que tenía aquel narrador y la dificultad de la partida, echaba de menos la sensación de peligro, desesperación y adrenalina vivida en aquella partida. Añoro las partidas de Bruno donde su palabra era ley y donde, aunque te dejaba utilizar planes cuando todo estaba tranquilo, te veías obligado a improvisar cuando te encontrabas situaciones desesperadas (pues es de suponer que tu personaje está confuso y tal vez temeroso de lo que acontece). Las partidas que he jugado de dos años atrás me han ablandado muchísimo, el motivo es que por culpa de una cochina sesión donde maté tantas veces a los jugadores y me machacaron tanto con aquello, que me volví blando. El problema de ablandarme fue el mismo que con las reformas estudiantiles, cada vez que pones algo fácil, los alumnos se lo toman más a broma y has de ir bajando cada vez más y más la dificultad.
Desde que jugué aquella sesión tomé la decisión de volver a ser el master duro, cabrón e imparcial que fui en mi momento. Se terminaron los lloros, quejas, comprensión y buen rollo en general :D

Y ahora, al turrón.

Despertamos en una enorme mansión, nadie sabía nada y vimos como nuestros cuerpos habían cambiado. A mí particularmente me habían salido tetas y se me había perdido el rabo, varios gritos por mi parte después, nos identificamos como los estudiantes que habían asistido a la chapuza del becario infernal. Moises se había convertido en un skater cocainómano, Trofnom en el capitán de un equipo de rugby, Chrono en un freak antisocial y yo en una animadora ultramona de la muelt.te.

El narrador, antes de que pudiéramos identificarnos, nos mostró la alegre escena de un hombre con las vísceras al aire tumbado en el suelo suplicando por su vida. Cojonudo.

El narrador nos hizo tirar unos dados, en concepto de "puntos de locura" (acabábamos de ver un hombre eviscerado en el suelo, era para quedarse pillado) y nos dijo que estábamos escuchando ruidos de golpes y gemidos en el exterior de la casa, mi personaje hizo amago de asomarse por la ventana, pero los golpes le dieron mal rollo y decidimos subir las escaleras, al hacerlo vimos como la puerta de la entrada fue derribada y unos zombis entraron en la casa. Se nos cayeron los cojones al suelo y fue entonces cuando me pregunté que decisión de que ser había provocado esta realidad alternativa.

Confusos decidimos buscar alguna arma y escapar por un coche que vimos desde una de las ventanas superiores. Tal es nuestra legendaria suerte con los dados que únicamente encontramos una ballesta que a los zombis les hacía cosquillitas (aunque como arma cuerpo a cuerpo no iba mal, la jodía).

Escapamos por una ventaba antes de que los zombis que habían entrado por la puerta principal nos cogieran y vimos como Chrono se pegó una señora ostia al bajar por la ventana teniendo los reflejos equivalentes a, aproximadamente, un mejillón.
Tras llegar al coche y NO ponernos el cinturón de seguridad (cosa que no hizo luego ningún jugador de ningún grupo, según tengo entendido xD) Chrono arrancó el coche a toda velocidad, fue entonces cuando Trofnom y yo vimos una foto en la guantera que nos traumatizó para toda la noche...los cuerpos que habitábamos eran...eran...pareja Ú.Ù Sí, el personaje que interpretaba me había metido más rabo que cuello tiene un pavo (porque mi animadora tenía una pinta de puta que tiraba de espaldas, para que negarlo. Y su personaje era el típico cachas con coche propio -que por cierto, era el que estábamos reventando para huir-).

Un atropello de zombi, un accidente, varios huesos rotos después y muchas, muchísimas tiradas de dados de locura después, notemos un impulso que nos indicaba que teníamos que ir al centro de la ciudad (donde probablemente habrían más no-muertos, pero entre morir de viejos y morir devorados por cadáveres andantes la decisión estaba clara: los zombis nos darían más cariño).

Durante el trayecto al centro de la ciudad, una viejecita se nos cruzó por el camino, Trofnom, caballeroso como él sólo, la cargó en brazos y se la llevó mientras la mujer daba por el culo con precisión milimétrica al jugador de rugby. Por alguna de aquellas un coche intentó arrollarnos y al echarnos a un lado, Trofnom arrojó valerosamente la mujer contra el vehículo, supongo que con la esperanza de que su cuerpo atascara las ruedas, por lo menos.

Finalmente, llegamos a una iglesia del centro, no sabíamos porque pero teníamos que entrar, notábamos aquel...impulso (como jugadores experimentados sabemos que si jodemos al narrador no haciendo caso a estos impulsos, nuestras muertes serán humillantemente dolorosas). El problema era que varios zombis bloqueaban el camino, así que decidimos usar nuestras habilidades para cruzar al otro lado, me explico:
- El jugador ágil intentó saltar por encima con su monopatín, cayendo de bruces encima de los zombis, que recibieron sorprendidos aquel aperitivo.
- La animadora y el jugador de rugby saltaron por encima de unos coches, para llegar a la puerta de la iglesia. La animadora se dejó los dientes por el camino y el cachas casi le cae encima.
- El intelectual rodeó los enemigos y se dio unos pasos de baile por el camino.
*Sigh*

La puerta de la iglesia parecía estar cerrada, Trofnom intentó derribar aquella puerta de iglesia de varias toneladas apoyados por la animadora y el skater intentaba mientras zafarse de los zombis. De nuevo Chrono pasó de jugarse el culo y se metió por un callejón cercano para entrar por la puerta de atrás. Varios empujones y mordiscos después nos dimos cuenta que lo mejor sería seguir al cerebrito, el cual estaba rompiendo a golpes la puerta de atrás de la iglesia (dato científico: la velocidad de golpeo aumentó cuando vio a sus compañeros acercarse corriendo, gritando y con una docena de monstruos detrás, a los cuales la ballesta parecía molestarles entre poco y menos).

Al entrar, el chico listo y el héroe ágil se metieron de lleno en la iglesia. Dado que Moises había perdido MUCHOS puntos de cordura, cogió la Biblia del atril y comenzó a pedir a Dios que nos librara de los zombis. Como vio que Dios no le hacía mucho caso se fue armado con su Biblia de 8 Kg. al piso superior, donde notaba una extraña fuerza que le llamaba, Chro le seguía pero antes de seguirle escuchó ruidos abajo. Trofnom y yo estábamos gritando.

Resulta que Trofnom tiró abajo una estantería para retrasar el avance de los zombis, pero antes de alejarse lo suficiente de la puerta un zombi lo cogió, yo estaba aliviado de que hubiera cogido al más fuerte de los cuatro, pero la alegría se me fue al recodar que también era el más negro con los dados.

Y no nos decepcionó, varias tiradas penosas después un muchos kilos de desesperación por parte de Trofnom y mía (nos fundimos unos 3 o 4 puntos de aventura cada uno en aquellos forcejeos), conseguimos librar de milagro a Trofnom de aquellos zombis. Chrono nos indicó que Moises había desaparecido por una especie de portal luminoso, así que subimos al piso superior como una exhalación y nos metimos por el portal.

Una brillante luz blanca nos envolvió a todos...


-Interludio-

De nuevo, recuperamos nuestros cuerpos, y esta vez nos encontrábamos en un túnel de luz blanca infinito. -Estáis en el "Vacío"- nos dijo una voz, al girarnos vimos la figura del científico hindú que nos había metido en este embrollo, le miramos con ganas de matar. De matar MUCHO.
El científico nos explicó que por causas del destino (y por culpa de un becario), estábamos viajando de una realidad alternativa a otra, y que si nuestras almas no volvían a la realidad que les pertenecía, toda la existencia se iría un poco a tomar por el culo. Y aunque la idea de no tener exámenes era tentadora para mi personaje, decidimos hacerle caso al indiopelotas ese y solucionar la papeleta. Por otro lado recuperamos algunos puntos de cordura perdidos (5 en concreto), así que aquello nos subió algo el ánimo.

Así pues, se nos envió a otra realidad, en la búsqueda de la nuestra propia...


Segunda sesión: A - Mars attack!

Despertamos en un ascensor, el olor a macho americano y tabaco barato era insoportable.

Nos encontrábamos en una estación espacial, íbamos armados hasta los dientes y la adrenalina y testosterona acumulada haría huir de pavor al mismísimo Steven Seagal.

Nuestro general repitió la misión para la que nos encontrábamos allí: rescatar a unos mineros con los que habíamos perdido la conexión hace dos días. Nosotros nos reconocimos a los pocos segundos y notamos de nuevo la presencia que nos indicaba que a los supervivientes les iban a dar un poco por el culo.

Tras llegar a la superficie de la estación minera, nuestro grupo y el resto de marines se quedaron aislados gracias a dos toneladas de puerta de ascensor estropeada. Mucho mejor, pensamos, no nos joderían cuando les dijéramos -Huy no, no queremos rescatar a los mineros, nosotros tenemos que ir por allí que si no las realidades alternativas explotarán-. Yo aproveché que era el carismático para charlar con el general, pues en la partida anterior no pude dialogar mucho con los zombis, dos collejas de mis compañeros después cerré el pico y simplemente marqué la marcha hacía los pisos inferiores, donde nuestro instinto nos estaba indicando. Nuestro explorador (Moises) escuchó un ruido de ALGO arrastrándose hacia los tubos de ventilación, lo cual provocó numerosas diarreas en nuestro grupo.

Pasamos cerca de la enfermería, donde se suponía que los supervivientes, y como información extra acerca de atajos para llegar a los niveles inferiores nunca va mal (y, porque no decirlo, carne de cañón extra), fuimos a ver si habían supervivientes.
Cuando nos estábamos acercando, vimos una especie de barricada y mucha sangre, al asomarnos a ver que había pasado vimos con horror varios cuerpos en el suelo con encima una especie de cangrejos mutantes que estaban comiéndose los cuerpos con alegría y esmero. Nosotros, como buenos marines Norteamericanos, disparamos a los cangrejos con tan mala suerte que uno se salvó y se introdujo en el cuerpo del fallecido, levantándose así el cadáver y mostrando unos tentáculos muy feos en su estómago, que amenazaban con hacer mucha pupita.

Por supuesto, cosimos a tiros el bichejo feo ese, y pudimos llegar a la enfermería, que daba mucho yuyu. Parecía que un superviviente se había parapetado en su interior, estaba armado con una escopeta y rodeado de cadáveres. Aquí fue donde me dije -Pues ala, usaremos POR FIN diplomacia para algo y lo sacaré de allí-. Pues no chicos, el mamón estaba en una sala insonorizada y tras 2 minutos de discusión y escuchar MUCHO ruido en los conductos de ventilación, decidimos escapar de allí. E hicimos bien, muy bien.

Del conducto de ventilación salieron unos 700 u 800 cangrejos, que comenzaron a juntarse para formar una especie de Transformer bizarro y biológico en forma de cucaracha gigante que, en general, daba mucho asco. Por otro lado, una puerta bloqueaba nuestra vía de escape, así que apretamos el ojete y dejamos a Chrono que abriera la puerta mientras le lanzábamos granadas al cucaracho ese, el cual recibió bastante daño como para dejarnos en paz el tiempo suficiente para cerrar la puerta y seguir más o menos tranquilos nuestro camino.

Llegamos finalmente a unas vías de tren, al más puro estilo half-live y nuestro instinto nos guiaba a lo más profundo de la mina. Teníamos 20 minutos para hacer 15 kilómetros y ninguna máquina a mano, pan comido. Además volvimos a escuchar al cucaracho venir detrás nuestro, por fortuna Chrono encontró un camión y yo tenía bastantes rangos en "Conducción de vehículos pesados para huidas peliculeras". Nos montamos al camión y lo llevé a las vías, dispuesto a huir del bichejo feo que nos seguía, el cual duró un puto crítico que sacó Moises, el pobre Chrono se quedó con las ganas de matarlo con una carga de explosivo plástico :(

Y bueno, tras la huida por los túneles de la excavación, llegamos a un ascensor que nos llevaría directamente al portal de huida. Por desgracia los alienígenas pensaron que aquel sería un sitio estupendo para montar su nido, y nos encontramos rodeados de más de 20.000 alienígenas agresivos...pero bueno, la parte positiva es que nos quedaban muchos explosivos y granadas :D

Nos costó sudor, explosiones y mucha (MUCHA) sangre abrirnos paso, pero apoyo tras apoyo, conseguimos llegar a la siguiente sesión sin ninguna baja y sin gastar casi puntos de aventura (y sin ganar puntos de locura, que para algo éramos marines espaciales bien machotes).


Tercera sesión: B - Awstin Powers

Bueno, intentaré ser breve, que esto ya se ha extendido mucho y no quiero tener que hacer otra entrada para poner lo que falta.

Tras recuperarnos totalmente de la cordura perdida, despertamos en una sala de mandos tremendamente grande, vestidos de negro y rodeados de cadáveres nazis. En un principio creí estar en un garaje tunning del Harlem, pero resultó ser un zeppelín.

Notábamos que nos alejábamos del lugar al nuestro "instinto" nos intentaba acercar, así que Chrono intentó cambiar el rumbo de aquel cacharro sin mucho éxito. Cuándo nos disponíamos a salir de allí, escuchamos una voz desde el sistema de audio -Vaya, vaya, lo habéis hecho muy bien. Pero es hora de dejarse de tonterías y negociar este asunto. Deponed las armas y negociaremos.-, tras pensar si hacer o no caso a la voz, hice (al fin) una tirada para ver si la voz decía o no la verdad y parecía que por el momento, podíamos fiarnos, además parecía ser que aquella persona que nos estaba hablando podía cambiar el rumbo de la nave a nuestro destino. Además amenazaba con eliminar a varios líderes mundiales que tenía como rehenes si no le hacíamos caso, lo cual nos importaba entre una mierda y una mierda y media, pero supongo que le daría un clímax interesante al asunto.

Tras tirar nuestras armas y dejarnos llevar por unos soldados nazis a una sala de control, nos enteramos que éramos espías, y el espía que ahora controlaba Chrono había puesto un virus en el zeppelín que haría que perdiera su "preciada mercancía" (una tirada pifiosa de Chrono en informática nos indicó que aquellos nazis estaban llevando un cargamento de mejillones). Pactamos con el rubiales alemán que quitaríamos el virus a cambio que nos llevaran con el zeppelín a donde nosotros quisiéramos (luego ellos ya podrían ir a donde les viniera en gana). La idea era que el lugar a donde queríamos llegar nos llevaría a la fuerza al portal (que estaba en el aire) y Chro había puesto una contraseña al virus que haría que se volviera a activar a no ser que nos llevaran donde quisiéramos (además de bloquear el panel de mando, para que cuando se marcara las coordenadas del cacharro, sólo poder cambiar el rumbo desde su PDA).

Tras quedarnos acojonados de lo listo que estaba Chrono a esas horas de la madrugada (eran las 6, creo recordar), esperamos tranquilamente a pasar por el portal y terminar esta sesión sin problemas (los nazis serán cabrones, pero son más razonables que los zombis y aliens oshes).
Pero como no todo podía ser felicidad, la guardaespaldas morena del jefe nazi (tenía dos gemelas como guardaespaldas, una rubia y otra morena) disparó a su jefe (teniendo que gastar el narrador muchos dados de aventura para poder acertar, porque manqueaba mucho la jodía xD), parecía ser que la morena estaba del lado "de los buenos". Será zorra...

En fin, intenté utilizar en vano mi habilidad de diplomacia con los nazis para convencerles que con nosotros no tenía que ver la morena esa, que si colaboraban con nosotros, todos quedaríamos contentos...que inocente soy.

Se ve que la morena llevaba encima un dispositivo para activar unos explosivos, así que el valioso cargamento (que no eran mejillones, mira por donde, era Hitler criogenizado...que confusión más tonta) se fue a tomar por el culo y nadie quiso negociar. Recibí 4 rondas de dos disparos que me dejaron en puntos negativos (creo que recibí 5 críticos y dos disparos, o sea, que sólo me fallaron un disparo, me quedé a -6 de vida y con sólo dos puntos de aventura).

Por suerte el tiempo iba a nuestro favor, y mientras la rubia nos intentaba matar a todos, cruzamos el portal justo antes de que yo acabara muerto. Habíamos pasado la 3ª sesión.


Cuarta sesión - D ¿?

Peeeeeeeeeeeeeero por desgracia los narradores estaban hasta las pelotas de todo, así que se decidió terminar las jornadas en aquel momento, y al ser los únicos que habían sobrevivido a todas las sesiones con bastante éxito (la sesión de los zombis se comió a los demás grupos, yo ya avisé al grupo después de la partida de los zombis que aquella sesión trillaría a los demás grupos xD)

Como detalle que sepáis que creo que esta sesión hubiera sido en plan medieval contra dragones o algo así :3


Así pues, y con la cabeza muy alta, salimos por la puerta grande con una bolsa de dados de premio. Orgullosos y con los ojos llenos de lágrimas (más por sueño que por emoción), nos despedimos de nuestros nuevos amigos, y nos ofrecimos para cualquier evento que prepararan en un futuro.


Y esto ha sido todo, muchachada, espero que hayáis disfrutado al menos una décima parte leyendo esto de lo que disfruté yo jugándolo.



Desde aquí, un saludo a los freaks que hicieron estas jornadas realidad.

1 comentarios:

Belcebon dijo...

Pues si que lo he hecho la verdad. Lo he disfrutado, a parte de que me has hasta dado envidia. Una gran narración maestro!