domingo, 14 de enero de 2007

Diario de Chem Stormstout

Día 29 del año del Murciélago Frugívoro:

Durante el trayecto, al pasar por un pueblo, propuse a mis amigos comprar unos caballos de carga, pero parece ser que les salía más a cuenta pagarme un par de rondas en la taberna y no pude rechazar la oferta. Hay veces que me odio a mí mismo.
Finalmente llegamos al pueblo, por lo que por fin me quito las bridas y envío la carreta a donde nunca da el sol. Apenas siento mi espalda...creo que no me dolió tanto desde aquella sesión de acupuntura con aquel médico, el Dr. Parkinson creo que se llamaba.

Alquilamos unas habitaciones y me desplomo sobre el mullido lecho de la mía, me duele todo el cuerpo hasta cuando pestañeo. Cierro los parpados y comienzo a dormirme...
Tras unos minutos en la cama noto que algo me molesta y me arranco un virote que aún tenía clavado. Al hijo de osa parda que inventó las ballestas deberían colgarlo, y a su primo, el que las vende, también.


Día 30 del año del Murciélago Frugívoro:

Me despierto al fin, parece que ya no me duele tanto el cuerpo, y estoy seguro que una cerveza con bizcocho me alegrará la mañana. Sin pensarlo dos veces bajo al piso inferior dando pequeños saltitos de alegría por la escalera, tengo la sensación de que hoy va a ser un día estupendo.

Tras el desayuno veo como mis compañeros entran en la posada y les invito a acompañarme en la mesa. Tras rechazar mi oferta con un corte de mangas, me fijo en que nuestra pionera tiene más mala cara de lo habitual, tras preguntarle me ha explicado que le ofrecían por una gema que encontró en las minas 1.200 piezas de oro, pero ella quería 1.250 y se ha negado en rotundo a venderla por menos. Esto en si mismo no sería motivo de enfado si no fuera porque normalmente esa gema se vende por 600 en el mercado, esto me recuerda que mi padre me decía que las mujeres, las joyas y los mercados son una mezcla más peligrosa que un trasgo con un barril de pólvora*1.

Una vez mis amigos están listos para pedir nuestra recompensa por el éxito de la misión, nos dirigimos hacia la posada donde se alojaba nuestro superior, que comienza a gruñir con solo vernos, me pregunto como pueden caber tantos insultos en algo tan pequeño.
Tras recibir la recompensa hago un calculo aproximado: vendiendo la plata que conseguimos en las minas y con la recompensa que nos ofrece no cubrimos siquiera el gasto en vendas, pero su valor simbólico es importante, algo es algo. Por desgracia mis amigos no opinan lo mismo y deciden comentar su punto de vista apoyados por varios "Hijo de rata barbuda", "Maldito tacaño" y un arco, finalmente el punto de vista de nuestro superior*2 se impone y decidimos que la recompensa está a la altura de la misión.

Con el corazón lleno y el bolsillo vacío, decidimos marchar de nuevo a Stormwind, donde se nos asignará la próxima misión y podremos comprar provisiones. Me pregunto que aventura nos deparara el destino...



*1: De ahí la expresión: "Más vale trasgo volando que 100 vivitos y coleando"
*2: Su punto de vista medía un metro y medio, hacía "¡Pum!" y estaba cargado. Realmente era convincente.


Continuara...

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