miércoles, 9 de mayo de 2007

Aventuras en Azeroth - Prólogo (Primera parte)

Las montañas de Khaz'Modan, muchas cosas podrían decirse de semejante monumento pulido durante siglos por los estoicos enanos.

Su firmeza, su fauna y flora únicas en toda Azeroth, el aire puro y fresco que inunda los pulmones de los viajeros*1...
Pero en este momento, Weldin Cablelargo sólo pensaba que era un sitio donde hacía un frío de cojones.


Y en una de las colinas de Khaz'Modan, de la cual emana un humo verduzco y posiblemente más denso que una nube de alquitrán, encontramos Gnomeregan, ciudad tecnológica, ciudad de Gnomos, ciudad que es más fácil de encontrar por el olfato que por la vista y ciudad de la cual está huyendo Weldin Cablelargo.

Para Wendin todo empezó a venirse abajo cuando, hace unos meses, en las paredes de Gnomeregan, comenzaron a aparecer extrañas grietas, las cuales parecían conducir a inhóspitas grutas. Dichas grutas parecían haber sido creadas, literalmente, a mordiscos. Y en ellas habitaban los violentos Troggs...
Estas criaturas vagamente humanoides tenían más dientes que pelos en el cuerpo (y no eran precisamente criaturas conocidas por su escaso vello corporal, realmente los Troggs se asemejaban a simios). Su escasa inteligencia era compensada por un exceso de músculo y una gruesa piel que les convertían en unos rivales más duros que los cojones de un Tauren.
Por desgracia, en capacidades físicas, los Gnomos venían a ser a los Troggs lo que un peluche de trapo a un instrumento de tortura con muchas cuchillas.
Tras una invasión por parte de los Troggs, la cual los habitantes de Gnomeregan rechazaron a duras penas gracias a su tecnología, los gnomos decidieron abrir las válvulas de todos los depósitos de materiales radiactivos. Dicha acción, realizada al son del grito de guerra gnomo*2, condeno a la pequeña raza a abandonar su ciudad, pues aunque los Troggs sufrieron grandes bajas, la ciudad se tornó inhabitable para sus habitantes. Además se sabía que muchos Troggs habían sobrevivido a la radiación, muchos gnomos afirman que los enemigos que habían sobrevivido a aquel ataque, es que tenían la misma higiene que, más o menos, un hongo carroñero.

Todavía quedaban supervivientes en Gnomeregan, Weldin Cablelargo era uno de ellos y se encontraba camino de la ciudad enana de Ironforge, dispuesto a reunirse con sus hermanos supervivientes en la pequeña ciudad que habían fundado en el interior de Ironforge, la amistad de los enanos con los gnomos permitió a estos encontrar un nuevo y caluroso hogar...

Pero el camino de Gnomeregan a Ironforge no era seguro para un pequeño gnomo, pues Troggs, Trols, bestias salvajes y vendedores de oro acechaban cada rincón de aquellos blancos páramos. Necesitaba un grupo de aventureros que compartiera su viaje hasta su destino.
Y parecía ser que Santa Bujía estaba del lado de Weldin, pues un grupo de aventureros formado por dos enanos y una humana se encontraban por aquel lugar, parecía ser que uno de los enanos marcaba el ritmo del grupo, el cual a duras penas seguía sus pasos.
Oye Trofnom, ¿queda mucho para llegar a la puta mina o qué? -preguntó el enano que seguía al primero.
Naaah, ya debe estar cerca, puedo olerla. Y como sigas quejandote Gröim, vas a tener que disparar tus jodidos calzoncillos...-respondió el enano que llevaba la marcha.
Al menos haría más daño que tu munición, cada vez racaneas más en materiales... -farfulló Gröim
Trofnom explotó- ¡Porque no me dejas picar las minas agusto, maldito hijo de ogra!
Aaah...
-la humana suspiró- Si ya me lo dijo mi madre, "Taisha, no formes un grupo con enanos, te harán recorrer kilómetros con tal de encontrar un triste pedazo de cobre..."
¡Pero si tú siempre recoges hasta los calcetines de nuestros enemigos! -gritaron los enanos al unisono. La humana se sonrojó levemente e hizo como si no hubiera escuchado aquello.

Weldin miró de nuevo su ciudad arrasada por bestiales cavernícolas y sumergida en la radiación mortal...tal vez volver dentro y esperar una muerte horripilante no fuera mala idea al fin y al cabo. Podría ser peor, podía necesitar ayuda de ese grupo...

Continuará...


*1: O al menos para aquellos viajeros que disponían de pulmones...
*2: El cual viene a ser: "Ya está hecho. Ahora a ver que pasa..."

1 comentarios:

Trofnom dijo...

Que se puede decir, son nuestras conversaciones tipicas mientras viajamos de una punta a otra del planeta(ni territorio, ni pais, ni continente, sino planeta con todas las letras de la palabra).